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Neurodesarrollo

El niño y el adolescente, en las primeras etapas de la vida van produciéndose cambios evolutivos neurológicos que contribuyen a la configuración y maduración del individuo. En algunos casos, no es así, y aparecen alteraciones que afectan a las funciones cerebrales con repercusiones sobre el aprendizaje. La realidad es que es una desventaja por no adquirir habilidades escolares que les impide llevar el ritmo de aprendizaje al alumno estándar. Las limitaciones van desde los procesos cognitivos básicos (atención, memoria, razonamiento, etc.) y metacognitivos (estrategias de aprendizajes). Pues a estas variables, hay que añadir otras personales asociadas a bajos niveles de motivación de logro, desadaptados, a la atribución de causas externas (suerte), internas al sentirse culpables, mayores niveles de ansiedad y estrés, a no saber pedir apoyo, baja autoestima, conductas disruptivas, bajo rendimiento, mayores riesgo de depresión.
Por esto mismo, es necesaria una detección lo más temprana posible así como de la evaluación, para llevar una intervención adecuada a las necesidades del niño o adolescente. No olvidemos, que los sujetos de altas capacidades también requieren apoyo e intervención de acuerdo a su neurodesarrollo con riesgos de asincronías o desajustes (personales, académicos, sociales, emocionales, familiares) que pueden aparecer en edades tempranas y adolescencia. Del mismo modo, la misma atención específica con otros trastornos generalizados del desarrollo (autismo, asperger, trastorno semántico-pragmático, TDA-H, etc.), trastornos específicos del desarrollo del aprendizaje (lectura, ortografía, cálculo), trastornos específicos del habla y del lenguaje (expresión del lenguaje, comprensión del lenguaje, etc.), y un largo etc.

De acuerdo a las características del sujeto y de sus necesidades educativas llevamos la intervención enfocada en la mejora de la memoria, en la estimulación del razonamiento, en incrementar la capacidad metacognitiva (adquisición de nuevas de estrategias de aprendizajes), en algunos casos si están bien consolidados los conocimientos previos, en un mejora en la planificación y organización, si las habilidades competenciales previas aún están por adquirir y revisarlo (lectura, escritura, cálculo) para dar o no el salto a nuevos y complejos conocimientos. Cada persona tiene su propia capacidad y ritmo de aprendizaje. Cada mente es diferente y el aprendizaje ha de ser adaptativo. Hay alumnos que necesitan seguir el ritmo de su curso escolar, otros necesitan adaptaciones bien porque no llegan o bien porque necesitan más. Con las herramientas de Cognitiva (lenguaje y matemáticas) los alumnos adquieren y mejoran sus competencias instrumentales básicas. Del mismo modo, se trabaja el aspecto personal y emocional, para favorecer conductas que autorregulen al niño, gane confianza en sí mismo y adquiera mayor motivación. De hecho, todo niño o adolescente tiene un potencial que desarrollar y unas habilidades que si son bien gestionados puede llevarle a la adquisición de nuevas habilidades por descubrir, a superar sus limitaciones, y sacar provecho de su talento. Que el niño, adolescente y el adulto aprendan a aprender.